“Soy una mujer y esto es un hombre”: dijo Stephanie Turner
Turner se arrodilló frente a su oponente, Redmond Sullivan, porque considera que enfrente tiene a un “hombre” y eleva la notoriedad de un torneo universitario menor de esgrima de la Universidad de Maryland a escala mundial. Los jueces aplican la normativa de USA Fencing, la federación estadounidense de esgrima, y la descalifican porque no hay excusas para negarse a competir ante otro oponente, mientras defiende su directiva transgénero y no binaria de 2023, que busca la compleja conciliación entre inclusión y la integridad de la competición.
En un clima nacional agitado por la orden ejecutiva del presidente Donald Trump de prohibir a las mujeres transgénero competir en categorías femeninas del deporte estadounidense, el plante fue más un gesto reivindicativo que un acto de defensa deportivo, pues su rival terminó el torneo como la 24ª de 39 tiradoras.
La tarjeta negra que mostraron los jueces a Turner valida las normas de la Federación Internacional de Esgrima, que no admite excusas para no enfrentarse a un rival admitido en el torneo. USA Fencing, en su política transgénero, se declara “en el lado de la inclusión” y se muestra dispuesta a actualizarla ante avances científicos o cambios en el movimiento olímpico y paralímpico.
“La política está basada en el principio de que cualquiera debe poder participar en el deporte”, subrayó el ente federativo estadounidense, que argumentó la decisión de incluir a Sullivan en “la investigación disponible a día de hoy”.
Turner habló a posteriori a Fox News de una decisión meditada, pues explicó que evita inscribirse a eventos con rivales transgénero, pero que Sullivan se apuntó en esta ocasión después que ella. “Cuando vi que estaba en el grupo con Redmond dije, ‘Ok, vamos a hacerlo, voy a arrodillarme’. Sabía que tenía que hacerlo porque USA Fencing no ha escuchado las objeciones de las mujeres”. Y aprovechó el clima nacional para que sus reivindicaciones sean escuchadas.
Así que se arrodilló y dijo lo siguiente al árbitro: “Lo siento, no puedo hacer esto. Soy una mujer, esto es un hombre y este es un torneo femenino. No voy a competir contra este individuo”. Sullivan defendió su derecho a estar allí, mientras su rival recibió una copia de la política transgénero y firmó con objeciones el acta de su tarjeta negra.
La negativa ocurrió el 30 de marzo y USA Fencing explicó después que la descalificación de Turner queda limitada a solo ese torneo. “No estuvo relacionada con ningún motivo personal, sino meramente el resultado ante su decisión de negarse a competir contra otro oponente. USA Fencing tiene la obligación de seguir la letra de esas normas y asegurar que los participantes respetan los estándares marcados a escala internacional. Seguimos comprometidos con la inclusión dentro de nuestro deporte”.
El torneo The Cherry Blossom fue organizado por la Universidad de Maryland, pero no pertenece al circuito de la NCAA, el principal escaparate universitario estadounidense. La orden legislativa firmada por Trump en febrero dice que solo los “atletas-estudiantes” con género femenino al nacer pueden tomar parte en las competiciones colegiales, una restricción clara que choca con la normativa inclusiva de las federaciones y que pondrá el foco en la aplicación concreta de cada disciplina.
Lo cierto es que la ventaja que vio Turner en Sullivan no la refrendan sus resultados, pues ha ganado el 40% de sus enfrentamientos, 18 de 45, mientras ella acumula más de 200 envites.
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