En un audaz incidente que capturó la atención de Miami y evidenció las vulnerabilidades incluso en los entornos considerados seguros, un exclusivo Rolls Royce Cullinan color bronce fue sustraído del servicio de valet parking en el lujoso restaurante Komodo, ubicado en el corazón del distrito financiero de Brickell.
Este acontecimiento no solo refleja la creciente audacia de los delincuentes sino que también destaca los desafíos en la seguridad vehicular en espacios de alta afluencia. La propietaria del vehículo, la empresaria cubanoamericana Yillian Iglesias, relató cómo, al concluir su cena la noche del sábado, fue abordada por dos policías y el personal del valet parking, quienes le informaron sobre el hurto del vehículo, cuyo valor se estima entre USD 400.000 y USD 500.000.
Este vehículo no era un Rolls Royce ordinario; su diseño había sido personalizado por la firma Avorza, dotándolo de características únicas que, según expresiones del experto Alex Vega, incrementaban considerablemente su atractivo y podrían haber motivado su sustracción.
Las autoridades locales ya han iniciado la investigación del incidente, revisando las grabaciones de las cámaras de seguridad y recopilando cualquier evidencia relevante. El robo de automóviles de alta gama es un problema creciente en la zona de Miami, y este último incidente destaca la necesidad de reforzar la seguridad en lugares públicos frecuentados por clientes con vehículos de lujo.
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